Las familias yeclanas, desde hace años, han apoyado a los niños saharauis acogiéndolos en verano. Muchas de ellas han querido ir más allá y ahora, ya adolescentes, intentan darles un futuro mejor a través de la educación acogiéndolos durante todo el año.
Comenzaron a venir con tan solo 6 años y durante 8 disfrutaron de unas “vacaciones en paz” en los meses de julio y agosto. Cuando, debido a su edad, ya no pudieron acogerse a ese programa, muchos de ellos optaron por el programa “Madrasa” en el que las familias acogen a los chicos durante un año o más con el fin de que puedan continuar sus estudios en España.
La adaptación fue dura pero, gracias al deporte y a los profesores y compañeros, han conseguido integrarse.Omar estudió en el colegio San Francisco y Jalil también se forma en este centro educativo en el que ambos han encontrado todo el apoyo necesario para aprender el idioma así como para aprobar las asignaturas.
A Omar le gustaría estudiar el grado de Educación Física y Jalil quiere ser médico. Ellos trabajan duro para labrarse un buen futuro.

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