Esta mañana, el Ayuntamiento ha celebrado el Día de la Constitución.
El médico yeclano Diego José Palao Vidal, especialista en psiquiatría, ha sido el encargado de pronunciar este año el discurso del Día de la Constitución en el transcurso de un acto institucional organizado por el Ayuntamiento de Yecla, desde hace 25 años, que se llevaba a cabo a las 12:30 horas en el teatro Concha Segura
Previamente, a las 12 horas en los balcones del Ayuntamiento, se procedía al izado de banderas mientras sonaba el himno nacional. Posteriormente la Corporación Municipal, acompañada del ponente, se desplazaban al teatro “Concha Segura” para iniciar el acto institucional
Antes de la intervención del doctor Palao Vidal, se procedía a la entrega de los premios de los certámenes literario y de dibujo “Nuestra Constitución” organizado por la Concejalía de Educación para alumnos de Enseñanza Secundaria Obligatoria y Primaria, respectivamente.
El trabajo ganador en la primera categoría, estudiantes de 1º y 2º de ESO, ha sido “Cumpleaños de la Constitución” original de Manuel López Dávila, alumno del colegio san Francisco de Asís.
En la segunda categoría, alumnos de 3º y 4º de ESO, la ganadora ha sido “Sihn derechos ni deberes no hay vida” escrito por Lorena Palao Martínez, alumna del IES Castillo Puche.
Tras la entrega de los premios, el doctor especialista en Psiquiatría, Diego Palao Vidal, director ejecutivo del Servicio de Salud Mental de la Corporación Sanitaria Universitaria Parc Taulí de Sabadell (Barcelona) y vicepresidente de la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña y Baleares, centraba su discurso reflexionando como profesional de la psiquiatría, comprometido desde hace más de 20 años con la atención directa de las personas afectadas por enfermedades mentales (EM) y de sus familias, y con la gestión de servicios públicos de salud mental y de asociaciones científicas.
“Pero aunque la igualdad de derechos es por definición común a todos los españoles, voy a centrar mi disertación en un grupo de ciudadanos que comparten una condición especial que ha limitado y limita todavía, desgraciadamente, el desarrollo de los derechos reconocidos en la Constitución. Me refiero a los enfermos mentales, especialmente a los más graves, que por diferentes y complejas razones no suelen alcanzar las mismas oportunidades de desarrollo social y de bienestar que el resto de los españoles. En cierto sentido, podemos considerar que las personas que padecen EM han visto históricamente “retrasado” el acceso a los derechos y oportunidades de los que sí han dispuesto el resto de sus conciudadanos. No se trata de una cuestión de reconocimiento de derechos teóricos, sino de desarrollo real y de aplicación práctica de esos derechos otorgados en nuestra Carta Magna. Y de estas limitaciones y retrasos que impide a muchas personas con trastornos mentales (TM) graves vivir de forma plenamente integrada, hay que decir bien alto que todos tenemos una cierta responsabilidad, que no es culpa exclusivamente de las administraciones públicas, como trataré de explicar”.

La Salud Mental en la Constitución Española
La Constitución Española reconoce el derecho a la protección de la salud en el artículo43 del Capítulo III, como uno de los principios rectores de la política social y económica. Este “derecho a la protección de la salud” ha sido desarrollado por diversas Leyes (Ley General de Sanidad de 1986, Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud de 2003, etc.) que lo han hecho aplicable de una manera real a la ciudadanía, vinculando a los poderes públicos y facilitando la tutela judicial ante los tribunales ordinarios, como si fuera un derecho fundamental de los recogidos en el Capítulo II (los derechos a la igualdad, a la vida, a la libertad ideológica, a la seguridad, al honor y a la propia intimidad, o a otras libertades políticas...).
“Como espero que haya quedado bien argumentado, en el estigma y en todas esas dificultades prácticas que sufren estas personas para disfrutar de los derechos constitucionales, todos nosotros tenemos una cierta responsabilidad. Nuestra ignorancia nos conduce muchas veces al miedo y no cuestionamos los prejuicios sociales sobre la EM, que tanto daño hacen a las personas afectadas y a sus familias.
Puede que la riqueza y el desarrollo económico armónico de una nación solo sean posibles con leyes justas, como las que emanan de la Constitución. Pero la riqueza moral y la altura ética de una sociedad se miden por la forma en la que trata a los ciudadanos más desfavorecidos o vulnerables, y esto también surge de la Constitución. En este sentido, y siguiendo el espíritu de la Declaración de Helsinki en Salud Mental del 2005, sería deseable que se estableciesen acuerdos entre todos los agentes sociales —empresarios, sindicalistas, profesores de universidad y de educación media o primaria, asociaciones de pacientes y de familiares, asociaciones de vecinos o deportivas, medios de comunicación social y, por supuesto, de profesionales de la salud y de los servicios sociales— para impulsar un cambio profundo en la manera en la que tratamos en nuestra sociedad a estas personas. Desde la ética, debemos considerar necesario y prioritario este cambio de la sociedad civil. Esta transformación de la conciencia social, debería ayudarnos a saltar el abismo entre los derechos teóricos y la realidad que viven los enfermos y sus familias. Es necesario reforzar y complementar la acción del Estado y de las Administraciones Autonómicas y locales para llegar adonde éstas no alcanzan. Sabemos que las instituciones públicas no podrán por sí solas mejorar la salud mental y la calidad de vida de los ciudadanos. Pueden y deben mejorar la calidad, la equidad y la eficiencia de los servicios sanitarios y sociales, acercar a la gente una información veraz sobre las enfermedades, sobre cómo prevenirlas y sobre cómo se mantiene y se fortalece la salud mental. Y, sobre todo, tienen la responsabilidad de mejorar las condiciones de vida de la población que se asocian con más frecuencia al TM, en concreto la pobreza y la marginación.
Pero la forma en la que tratamos a las personas que padecen TM, o sea, todo lo demás, depende de todos y cada uno de nosotros”.

El doctor Palao Vidal también tuvo un guiño con la Plataforma Stop Desahucios que se concentraba a las puertas del teatro reivindicando el derecho, recogido en la Constitución, a una vivienda digna, señalando que la pérdida o falta de una vivienda, también afecta a la salud mental de los ciudadanos.