Los arcabuces han vuelto a sonar casi dos años después dejando el olor a pólvora en el atrio de la basílica. La visita de la Inmaculada Concepción de Éfeso fue la artífice de que el miércoles 8 de septiembre se convirtiera en un día muy especial para Yecla. Una treintena de arcabuceros eran los encargados de disparar esas “arcas cerradas” cargadas de emoción.
Tanto la Asociación de Mayordomos como el Ayuntamiento trabajan para organizar, si es posible celebrarlas, las próximas Fiestas de la Virgen, unas fiestas que deberán adecuarse a la situación sanitaria por la que atravesamos