Los hornos y reposterías de la ciudad trabajan a marchas forzadas para responder a la demanda ciudadana de panes benditos tan típicos en esta festividad de San Blas y que llegan a casi la totalidad de las viviendas de la ciudad. Un producto elaborado con harina, azúcar, leche, rayadura de limón, leche, levadura y aceite. Conchi Díaz, de panadería Vicente Yagüe, aclara que es esencial utilizar las proporciones adecuadas.
Aunque no hay una limitación en el peso, los más habituales son los panes de kilo, aunque también se realizan de más tamaño, como el que marchará en andas en la procesión del domingo que pesará más de ocho kilos.
Los adornos y la decoración son esenciales para poder entender estos panes benditos, que se distinguen a la perfección de otro tipo de dulces por su característica fisonomía que se elaboran antes de su entrada en el horno y que cada uno es diferente.