Un cambio en la legislación europea no permite que la residencia de la Asociación de Minusválidos Psíquicos de Yecla, AMPY, se abra hasta 2016. No tienen fecha para la apertura de puertas y la situación comienza a ser de emergencia para algunas familias. La residencia está terminada, dotada con todo el equipamiento e incluso cuenta con la acreditación necesaria. Una realidad que cuesta 3.000 euros mensuales de mantenimiento.
Buscar una residencia para un paciente con una discapacidad psíquica no es un capricho, aseguran los familiares. Es una necesidad real. La convivencia es complicada dependiendo de cada caso y los recursos familiares se agotan. En la residencia contarían con personal cualificado para su atención. Además, las familias quieren que sea en Yecla porque podrían estar en contacto con los pacientes de forma continuada.

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